
En un referéndum un 58,9 por ciento de los islandeses rechazaron pagar las deudas con acreedores de Inglaterra y Holanda de tres bancos que colapsaron con la crisis económica del 2008. A juicio de los habitantes de la isla cercana al Ártico no tienen porqué hacerse cargo de malos manejos financieros de instituciones bancarias. Islandia da así un ejemplo a la Unión Europea.
Los descendientes de los vikingos se las traen. El sábado 9 de abril, los ciudadanos islandeses rechazaron por segunda vez la propuesta impulsada por el Gobierno bajo presión de Inglaterra y Países Bajos de pagar la deuda del banco Icesave tras su colapso en 2008.
El referéndum resultó en una victoria para el “No” con un 58,9% de los votos. En un plebiscito anterior, celebrado

El acuerdo propuesto contaba con el apoyo del gabinete socialista y la oposición conservadora. Pero los islandeses rechazan tener que pagar US$ 4.000 millones, una suma astronómica en términos del PBI islandés y que pesa mucho en un país de apenas 103.000 km2 y 320.000 habitantes. Significaba nada menos que 5 mil euros por familia.
El referéndum se hizo, de acuerdo con el artículo 26 de la Constitución, después de que el Presidente islandés se negó a firmar el Acto del 16 de febrero de 2011, conocida como la ley del “tercero Icesave”.