miércoles, 3 de agosto de 2016

¡fieras salvajes sueltas por el mundo! - Daniel 7 parte 1

Estudio bíblico de Daniel Capitulo 7 – Parte 1:

Daniel 7 nos muestra estas bestias están en libertad por un breve tiempo.

Texto Clave: “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. (Dan 7:9)

Actividades: Lee Daniel Cap. 7 Completamente

Preguntas y Respuestas

  1. ¿Cuántos eran los vientos que combatían y donde lo hacían?
  2. ¿Desde dónde estaban subiendo las Bestias?
  3. ¿Qué descripción tenía la primera Bestia?
  4. ¿Qué descripción tenía la segunda Bestia?
  5. ¿Qué descripción tenía la tercera Bestia?

Actividades: Responde las preguntas poniendo especial cuidados a los versos 16 al 28.
¿Has podido comprender los aspectos de la revelación del Ángel en los versículos del 16 al 18? Repasemos por si se te ha ido algún detalle y complementemos con los detalles Históricos.


Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. (Dan 7:2 ).

Para entender este verso así como hemos estudiado en los capítulos anteriores debemos dejar que la misma biblia nos responda su significado. Si buscamos en la biblia Jeremías 49:36, Daniel 8:8, Daniel 11:4 y Ezequiel 2:6; 6:5. La Misma Biblia revela que los 4 vientos significan los 4 puntos cardinales y sus potencias.
Así mismo la disputa sobre el mar si leemos Apoc. 17: 15; Isa. 17: 12; Jer. 46: 7 Podemos ver que nos habla de que las naciones del mundo están en este combate. En resumen potencias del mundo entrarían en conflicto y guerras en territorios altamente poblados.
Según esta primera premisa revelada a Daniel entonces los asuntos que a continuación se le revelarían a Daniel ocurrirían en territorios densamente poblados donde chocarían grandes potencias. Y esto se muestra correctamente según el momento vivido por Daniel Las tierras de MESOPOTAMIA Y SUS ALREDEDORES FUERON EL FOCO DE LAS PELEAS POLITICAS en el mundo antiguo.


Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. (Dan 7:3 R60)

En el mismo pasaje 17 de Daniel 7 el ángel explica que son Reyes y el pasaje 23 dice que son Reinos. Por tanto Las Bestias como símbolos son aclarados e interpretados por el ángel como reinos organizados.
La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. (Dan 7:4)

Si usamos como paralelo la profecía de Daniel 2 entonces sabemos que la historia de los Reinos en Daniel comienza con Babilonia.

Un símbolo muy adecuado para representar a Babilonia es el león alado que se halla en las obras de arte babilónico. Era común la combinación de león y águila: Generalmente un león con alas de águila, a veces con garras o pico; otra combinación parecida era el águila con cabeza de león. El león alado es una de las formas de ese animal-símbolo que a menudo se representa combatiendo junto a Marduk, el dios patrono de Babilonia. Respecto a estas combinaciones de león y águila, ver S. H. Langdon, Semitic Mythology (“The Mythology of All Races”, t. 13), pp. 118, 277-282, y la fig. 51 frente a p. 106 (león alado), y pp. 116-117, (águila con cabeza de león); ver también las ilustraciones de varias bestias mixtas en L. E. Froom, Prophetic Faith of Our Fathers, t. I, pp. 50, 52.

Otros profetas se refirieron al rey Nabucodonosor por medio de figuras semejantes (Jer. 4: 7; 50: 17, 44; Lam. 4:19; Eze. 17: 3, 12; Hab. 1: 8). El león como rey de las fieras y el águila como reina de las aves representaban adecuadamente al Imperio de Babilonia en el apogeo de su gloria. El león se destaca por su fuerza, mientras que el águila es famosa por el vigor y el alcance de sus vuelos. El poder de Nabucodonosor se sintió no sólo en Babilonia, sino desde el Mediterráneo hasta el golfo Pérsico, y desde el Asia Menor hasta Egipto. Por eso es adecuado representar el alcance del poder de
Babilonia con un león dotado de alas de águila.

No obstante haciendo un paralelo con Daniel 4 y la Vida de Nabucodonosor esta BESTIA que convulsiona sobre el mar en los movimientos políticos deja de ser una Bestia sino que en un momento determinado sus alas son arrancadas, se pone de pie y recibe un corazón de hombre. Vemos claramente que esta bestia dejo de ser Bestia y se transformó en semejante a hombre. No cabe otra duda que ES BABILONIA puesto Nabucodonosor se convertiría al Dios altísimo y la Bestia llegaría ser más como un hombre.

Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. (Dan 7:5 R60)
Vemos entonces que se levanta otra bestia que tenía algunas características claves:

1.- Se alzaba más de un lado que del otro.

Según Isa. 13: 17-18 Plantea que el siguiente reino seria cruel y rapaz (devorador de costillas) a la hora de subyugar a otros reinos. Si usamos el Paralelo con Daniel 2 y la historia sabemos que el Reino siguiente de la unión de Medos y Persas (de plata) pese a tener leyes absolutas que ni aun los reyes podían cambiarlas y ellos mismos podían ser sometidos a Juicio (como lo tratamos en Daniel 2) estas mismas leyes que podían mantener la paz podían transformarse en crueles como lo vemos en el libro de Daniel y de Esther. Este oso es marcado en la profecía como alzado de un costado. Sabemos pues por la historia que uno de los reinos (los persas) era más poderoso que los Medos. Otros nombres por los cuales se conoce este imperio es el imperio Aqueménide o simplemente Persa debido a que se considera a los Medos como anexados a los Persas. 

conquisto 3 imperios diferentes. Lidia

2.- Tres Costillas en la Boca.

Además de hablarnos un poco del carácter de la Bestia su paralelo con la historia es bastante cercano puesto El Imperio Medo Persa logró someter a otras 3 potencias y las mantuvo subyugadas: Lidia, Babilonia y Egipto.
Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. (Dan 7:6)

1.- semejante a un leopardo.

El leopardo es un animal feroz y carnívoro, notable por su velocidad y la agilidad de sus movimientos (ver Hab. 1: 8; Ose. 13: 7). Si usamos nuevamente el paralelo histórico y de Daniel 2 entonces este Reino de Bronce no debería ser otro más que Grecia. Incluso en el Cap de Daniel 8:21 se nos confirma este planteamiento al decir que Grecia seria el que sometería a Medo Persia.
 La “Grecia” que figura en Daniel corresponde con el imperio semigriego y macedónico de Alejandro Magno, que dio comienzo a la época que conocemos como período helenístico. Antes de Alejandro no se podría hacer referencia al “rey primero” (Daniel cap. 8: 21) de un imperio griego, como “un rey valiente” que tenía “gran poder” (Daniel cap. 11: 3).
En 336 a. C. Alejandro heredó el trono de Macedonia, Estado semigriego en la frontera norte de Grecia. El padre de Alejandro, Filipo, ya había unido bajo su dominio a la mayoría de las ciudades-estados de Grecia por el año 338 a. C. Luego de ordenar su reino, Alejandro se lanzó a la tarea de conquistar al Imperio Persa. El joven Alejandro requería de expansión económica para su reino, un sueño de difundir la cultura griega y el deseo de venganza contra los persas a causa de guerras anteriores con sus compatriotas. En múltiples batallas.

2.- con cuatro alas de ave en sus espaldas

Aunque el leopardo en sí es un animal veloz, su agilidad natural parece ser inadecuada para describir la asombrosa velocidad de las conquistas de Alejandro. La visión simbólica representaba al animal con alas que se le añadían, no sólo dos sino cuatro, que denotan una velocidad superlativa. El símbolo describe muy adecuadamente la velocidad fulmínea con que Alejandro y sus macedonios en menos de una década llegaron a adueñarse del mayor de los imperios que el mundo había conocido. No hay otro ejemplo, en tiempos antiguos, de movimientos tan rápidos y exitosos de un ejército tan grande.

En 334 a. C. La primera victoria fue lograda en Gránico, la segunda en Iso al año siguiente y otra en Tiro un año después. Pasando por Palestina, Alejandro conquistó Gaza y después entró en Egipto virtualmente sin oposición.

En el año 331 a. C. fundó la ciudad de Alejandría. Se declaró a sí mismo sucesor de los faraones y sus tropas lo aclamaron como un dios. Cuando nuevamente ese año emprendió la marcha, dirigió sus ejércitos hacia Mesopotamia, el corazón del Imperio Persa. Los persas le hicieron frente cerca de Arbela, al este de la confluencia de los ríos Tigris y Gran Zab, pero sus fuerzas fueron derrotadas y se dieron a la huida. Las fabulosas riquezas del mayor imperio mundial estaban a disposición del joven rey de 25 años de edad.

Después de una organización preliminar de su imperio, Alejandro prosiguió sus conquistas hacia el norte y hacia el este. Por el año 329 a. C. ya había tomado Maracanda, que es ahora Samarcanda, en el Turquestán. Dos años más tarde invadió la parte noroeste de la India. Sin embargo, poco después de cruzar el río Indo, sus tropas rehusaron seguir más adelante, y se vio obligado a acceder a sus deseos. De vuelta en Persia y Mesopotamia, Alejandro debió encarar la gran tarea de organizar la administración de sus territorios. En 323 a. C. estableció su capital en Babilonia, ciudad que aún conservaba recuerdos de la gloria del tiempo de Nabucodonosor. En el mismo año, después de excederse en la bebida, Alejandro cayó enfermo y murió de “fiebre de los pantanos”, que se cree era el antiguo nombre de la malaria (paludismo) o de una enfermedad similar.

3.- tenía también esta bestia cuatro cabezas 


Evidentemente el texto ilustra que equivale cada cabeza a los cuatro cuernos del macho cabrío, que representaban los cuatro reinos (que después se redujeron a tres) que ocuparon el territorio conquistado fugazmente por Alejandro (ver com. cap. 8: 8, 20-22). Sin embargo, durante algunos años los generales macedonios de Alejandro intentaron conservar -en teoría si no en la realidad- la unidad del vasto imperio. Alejandro murió sin arreglar la sucesión de su trono. Primero su medio hermano Felipe, débil mental, y después su hijo póstumo, Alejandro, fueron reyes titulares bajo la regencia de uno u otro de los generales, y el imperio dividido en un gran número de provincias, las más importantes de las cuales fueron regidas por unos seis generales principales que actuaron como sátrapas.

Pero la autoridad central -es decir, los regentes de los dos reyes títeres- nunca fue lo suficientemente fuerte como para unir al vasto imperio. Después de unos doce años de luchas internas, durante las cuales el dominio de diversas zonas del territorio cambió de mano repetidas veces y en los que ambos reyes fueron muertos, Antígono surgió como el último de los pretendientes al poder central sobre todo el imperio. Se le oponía una coalición de cuatro poderosos caudillos: Casandro, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo, que tenían la intención de dividirse el territorio entre ellos. En 306 a. C. Antígono se declaró rey (conjuntamente con su hijo Demetrio) de toda la nación y sucesor de Alejandro. Ante esto, los cuatro aliados, dejando su título inferior de sátrapas, se declararon reyes de sus respectivos territorios.

La larga lucha a muerte entre los defensores de la unidad bajo el cetro de Antígono y Demetrio y los partidarios de la partición entre los cuatro generales fue resuelta en la batalla de Ipso en 301 a. C, Antígono fue muerto, Demetrio huyó y su territorio fue dividido. Con excepción de pequeños fragmentos, esto dejó en pie cuatro reinos independientes en lugar del inmenso imperio que Alejandro había formado pero que no había logrado consolidar. Ptolomeo tenía Egipto, Palestina y parte de Siria; Casandro dominaba Macedonia con soberanía nominal sobre Grecia; Lisímaco tenía Tracia y una gran parte del Asia Menor; y Seleucoposeía la mayor parte de lo que había sido el Imperio Persa: parte del Asia Menor, el norte de Siria, Mesopotamia y el oriente. Demetrio, sólo quedó con la flota y varias ciudades costeras que no llegaron a conformar un reino, aunque más tarde desplazó a los herederos de Casandro y fundó la dinastía antigónida en Macedonia.



 Unos 20 años después de la división, los cuatro se redujeron a tres, porque Lisímaco fue eliminado. Gran parte de su territorio fue tomado por el imperio seléucida, pero parte fue invadida por los galos o se desintegró en pequeños Estados independientes. El más importante de ellos fue Pérgamo. Pero Macedonia, Egipto el territorio seléucida (a veces conocido como Siria, porque la parte oriental pronto se perdió) continuaron como las tres principales divisiones del ex- imperio de Alejandro, has que fueron absorbidas, una a una, por el Imperio Romano.

Muchos historiadores, especialmente escritores de libros de texto, que deben eliminar los detalles para dar una visión global pasan por alto la división en cuatro y sólo mencionan la posterior y más duradera división en tres reinos principales, que retuvieron su identidad hasta tiempos del Imperio Romano.

Algunos intentan buscar la continuación de los cuatro reinos hasta el período romano, contando a Pérgamo como sucesor del efímero reino de Lisímaco. Pero si hablamos de tres reinos principales y del reino mucho menor de Pérgamo, o de tres reinos más un grupo de Estados más pequeños, es notable que en el momento crítico -cuando fracasó la última esperanza de mantener unido al imperio de Alejandro, y se hizo inevitable la división- todo el territorio, excepto fragmento menores, se dividió en cuatro reinos (ver mapa C, p. 851) como lo especificaba la profecía (cap. 8: 22).

El imperio de Alejandro, aun cuando estuvo dividido, todavía era una continuación una realización del ideal de su fundador: un mundo greco-macedónico-asiático de pueblos diferentes unidos por el idioma, el pensamiento y la civilización de los griegos. Excepto la centralización política, el mundo henístico constituía una unidad como lo había sido bajo el reinado de Alejandro, y mucho más de lo que jamás había sido antes. Esto estaba representado en forma adecuada por una sola bestia con cabezas múltiples (o, en cap. 8, con cuernos múltiples).

Para Meditar:

El Capítulo 7 de Daniel por las edades ha sido un gran capítulo de estudio que nos permite profundizar en la idea de un Dios que conoce el futuro. El único que es el Alfa y la Omega. Así como Jesús por medio de parábolas sencillas lograba plasmar en la mente de sus oidores las verdades espirituales ese mismo Dios es el que uso los símbolos de Bestias para resumir de manera extraordinaria en un par de versículos la historia de los imperios.

Debemos tener siempre en mente al señor que dio las visiones de las bestias y no perder el objetivo que él quiere que desarrollemos en nuestras vidas. Debemos tener la certeza de que él pudo cambiar el corazón del León, así como salvar a Daniel de las fauces del Oso Persa, como también mantuvo a Israel mientras el Leopardo Rugía fuerte y conquistaba rápidamente. Ese mismo Dios es el que nos guardara de la prueba Final.


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